Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.
Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA
(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro
Comentario
Capítulo 61
Trata en este capítulo como, para çelebrar el labatorio de pies de Tiçoçic Chalchiuhtonac, fueron sacrificados los cautiuos de Meztitlan y guaxtecas
Acabados de comer los dos rreyes Neçahualcoyotzin y Totoquihuaztli, danles otros bestidos, todo mudado, con braçeletes de oro y plumería, mantas muy rricas de rred azul, añudadas los lazos piedras de gran balor, orejeras, beçoleras de oro. Bestidos y guardádoles los otros sus criados, salen al gran patio al baile, areito (mitote). Sale ni más ni menos el rrey Tiçoçic, muy adornado con un braçelete de oro grande, con tanta preçiada plumería le cubría todo el cuerpo y en la cabeça o frente lleuaua el xiuhhuitzolli, que es la media mitra serbía de corona rreal, esmaltado de piedras de esmeraldas, diamantes, ánbar senzillo muy menudo, muy sutilmente hecho y labrado, que rrelunbraua, y métese en medio de los dos rreyes al baile y canto. Y lleuando en medio de los dos rreyes al Tiçoçic, salieron baylando hasta las gradas de la torre y casa de Huitzilopochtli, lleuándole el un rrey el brazero del sahumerio y copal y el otro rrey quatro o çinco codornizes, y de allí, como en proçesiórn, tornan al gran patio y, llegando, toma el rrey Neçahualcoyotl copal y héchalo en el ynçensario y dáselo a Tiçoçic y él sahuma a la música en quatro partes en cuadra. Hecho esto, dale el rrey de Tacuba las quatro codornizes y córtale las quatro cabeças y con la sangre dellos rroçíam a la música del teponaztle y tlalpanhuehuetl y échanle mucho copal al ynçensario y pónelo ardiendo debaxo de la música. Acabado, [79v] <én>trase el rrey Tiçoçic su palaçio. Sale luego Çihuacoatl Tlacaeleltzin y haze entrar a los dos rreyes sus palaçios situados y de su mano comiença a darles de bestir y adornarles sus personas muy mexor la primera ni segunda bez, muy al doble. Acabado esto, mandan benir a todos los cuachicme y a todos los achcautin y los mançebos hizieron la presas la Guasteca y, dándoles de bestir cumplidamente a dos y a tres mantas y pañetes, cotaras de cueros de tiguere, braçeletes, oregeras, beçoleras, házenles conforme a los rreyes una muy larga oraçión, de manera uno ni nenguno de los prençipales mexicanos quedó que no fuese muy bien bestido y contento. Y bailaron en el gran patio y antes le rrindieron las graçias al rrey Tiçoçic Chalchiuhtonac y al biexo Tlaylotlacteuctli Çihuacoatl Tlacaeleltzin. Y ansí, se adornaron y bistieron muchas rropas muy más rricas las primeras, segundas, terçeras, con todo lo a ello anexo, pertenesçiente, de beçoleras, orejeras de oro, plumería, rrosas quantas lengua humana puede explicar, más que en nra madre España, de diferentes modos, maneras, perfumaderos dorados puestos en ellos águilas dorados y otros muchos animales, peñas, montes. Asimismo hizo llamar Çihuacoatl a todos los buenos soldados cuachicme y tequihuaque, asimismo se les hizo una larga oraçión de su sudor y trauajo, que aquello era dándoles lo q al mejor de los naturales abían rresçibido, en manera que todos fueron muy contentos, satisfechos al areito y baile del maçehualiztli. E luego bino el rrey Tiçoçic ante el biexo Çihuacoatl e le hizo una epístola de antigüedad gentílica, diziéndole: "Hijo Tiçoçic teuctli, ya beis presentes a uros hermanos mayores, señores y prençipales presentes, onrrando ura persona y senorío, y mis leales conpañeros y hermanos, ¿quée es de ellos? ¿a dónde fueron fueron? ¿adónde están? ¿Por bentura gozan de esta alegría, de esta fiesta? ¿Huelen estas rrosas que agora nosotros olemos, ni bailan, ni tienen teponaztle? ¿Adónde están agora? En despedimiento mío de mi bexez tan cansada, quieroos gozar y festexarme con bos. Me quiero adereçar, bestir al uso del contento de este mundo y quiero gozar de estas flores, perfumadores galanos como lo gozan los amigos nros y estrangeros. Y hemos de bailar los dos juntos en la delantera de el areito y baile". Y así, salió a la dança el rrey Tiçoçic con la corona llaman xiuhhuilzolli y la nariz una piedra pequeña llaman xiuhuitl, orejeras, beçoleras, todo de oro, muy adornada la persona con mucha plumería muy rrica. Luego le traen los biexos a Tiçoçic, rrey, mucha fina rrosa y perfumadera, dorada, y lo propio al biexo su ayo y padre Çihuacoatl, y luego, por mandato del biexo Çihuacoatl, dan a los conbidados hongos montesinos a comer, con que se briagan, llaman [80r] cuauhnanacatl, y comido, comiençan el canto en muy alto punto, que rretunbaua la gran plaça. Dende a un rrato, les tornan a dar a comer de los hongos borrachos, que comiendo dos o tres de aquellos moxados en una poca de miel quedan tan borrachos perdidos que no sauen de sí. Y luego el canto en más alto punto que el primero y luego, a medio baile y canto, los llaman a todos y les dan otra bes bestidos, todo cumplidamente, a cada uno como la primera bez, a todos, que ninguno queda de los conbidados, por mostrar el señorío del rrey y su poder; por lo consiguiente los prençipales mexicanos. Y esto duró por espaçio de cuatro días y cada día rresçibían nuebos bestidos y mucho género de todas comidas, rrosas, que no tenían otra cosa hazer los naturales de Tierra Caliente sino traer cada día rrosas frescas. Y el cuarto día hazía llamar el Çihuacoatl a todos los que llaman tlenamacaque, son los que de noche con ynçensarios, con fuego, sahuman a la noche y a la luna y estrellas, y asimismo a los biexos de los bamos los guardan, como agora dizen merinos o tepixques: los del barrio de Moyotlan, que agora es el barrio de San Juan, y luego a los de el bamo de Teopan, que es agora Sant Pablo, danles asimismo de bestir y rropas de sus personas, y luego los del barrio de Atzacualco, son los de San Sebastián, y a los del barrio de Cuepopan, todos los biexos guardas fueron muy contentos. Acabado estos, les dauan asimismo rropas a los mayordomos (calpixques), que de cada pueblo suxeto a la corona mexicana tenía su calpixque. Y acabado esto, hazen el sacrifiçio de los miserables yndios de Meztitlan y huaxtecas, abriéndolos por los pechos en el cuauhxicalli, que todo yba según que arriba está dicho muchas bezes, que de uer la crueldad ynnumana de sus próximos no la escriuo. Y esto todo señal que de esta manera tomó el señorío del ymperio el rrey Tiçoçic y la promesa hizo que por él se abía de acabar de todo punto de labrar y ensanchar el templo de Huitzilopochtli, lo començó su padre, el biexo Monteçuma Ylhuicantina, y que el abía de traer a la sujeçión y dominio a todos los pueblos que aún estauan obidientes a la corona mexicana. Y luego mandó se encalase el gran templo del ydolo y hizo a los canteros luego acabasen de labrar las figuras de sus sanctos, llaman tzitzimime, son, según dezían, dioses de los ayres traían las llubias, aguas, truenos, rrelánpagos, rrayos, e abían de estar a la rredonda de Huitzilopochtli. Y les mandó hazer como un tablón labrado de piedra mediano adonde abían de asentar los cuerpos para sacrificar a los miserables yndios abidos en guerra, llaman techcatl, y luego todo esto mandaua hazer y labrar. Y permitió la magestad ymmensa diuina que antes que este moço rrey tantas crueldades usase, murió y allá fue con Huitzilopochtli. Otro día mientras se labraua de madera su estatua al natural como era, después de quemado su cuerpo, hizo yr enbaxadores a muchas y diuersas partes, pueblos, lugares a hazer sauer a los [80v] a los dos rreyes Neçahualcuyutzin, señor de Aculhuacan, y a Totoquihuaztli, rrey de tepanecas, la muerte tenprana del nueuo rrey hera Tiçoçic. Oydos los rreyes la nueua triste, llorauan agramente y rrespondieron q bendrían otro día a derramar lágrimas sobre su sepoltura. Y con esto, fueron a muchos señores de lexos pueblos, uno ni nenguno quedó no fuese abisado, y de las parolas, práticas que con esto pasaron fueron tan largas y eloquentes que cansa el juizio, saluo que, llegado llegó Neçahualcoyotzin, rrey de Tezcuco y el de Tacuba, después de le aber llorado el cuerpo, le proponen adornarle el cuerpo en estatua y hazerle solen tierro, como a tan baleroso rrey perteneçía.